Noche de Reyes de hace veintiseis años...
9 de enero de 2014 a la(s) 1:45
(Escrito
la madrugada del cinco al seis, noche de reyes, y lo pongo como Nota
porque no sé qué salvarán los "amos" de Facebook para el próximo año...)
Hace veintiseis años, en una noche como esta, me salvé de una gran desgracia, aunque a mí me gusta verlo como un gran regalo de los magos de oriente.
Al salir de la ducha y antes de hacer la cena, me quedé a ver en la tele un documental sobre la vida del rey, como homenaje en su cincuenta cumpleaños. Cuando ya estaba acabando y me disponía a levantarme del sofá, un estruendo horrible inundó la casa dejándonos sordos y absolutamente desorientados, pues no sabíamos qué había pasado y durante unos segundos, ni siquiera sabíamos dónde había sido... al final reaccionamos y bastante asustados, fuimos hacia la cocina y vimos el desastre.
Los muebles de la pared, en bloque, habían caído sobre la cocina de guisar y la habían destrozado. Era una cocina de acero inoxidable dura y muy grande, pero quedó doblada. Cuando vino el técnico a ver qué se podía hacer con ella, impresionado, nos explicó la de kilos que aquél nervio que la rodeaba podía soportar.
Si no me hubiera dejado llevar por la curiosidad y el querer ver imagenes antiguas, hoy no estaría aquí contándolo. El golpe fue exactamente en el lugar en el que yo me ponía a preparar la comida así que, si hubiera estado allí, me habrían partido por la mitad.
¿Por qué pasó aquello? Pues por goteras tipo inundación... la vecina de arriba había modificado su piso, no se lo habían hecho muy bien y hacía meses que decía estar buscando dónde estaba el escape de agua para arreglarlo.
Como podeis suponer, fuimos a verla enseguida, vamos, en cuanto pudímos mover los pies...
Hala, que la alegría sea el mayor de los regalos en la casa de todos vosotros...
Queralt.
Hace veintiseis años, en una noche como esta, me salvé de una gran desgracia, aunque a mí me gusta verlo como un gran regalo de los magos de oriente.
Al salir de la ducha y antes de hacer la cena, me quedé a ver en la tele un documental sobre la vida del rey, como homenaje en su cincuenta cumpleaños. Cuando ya estaba acabando y me disponía a levantarme del sofá, un estruendo horrible inundó la casa dejándonos sordos y absolutamente desorientados, pues no sabíamos qué había pasado y durante unos segundos, ni siquiera sabíamos dónde había sido... al final reaccionamos y bastante asustados, fuimos hacia la cocina y vimos el desastre.
Los muebles de la pared, en bloque, habían caído sobre la cocina de guisar y la habían destrozado. Era una cocina de acero inoxidable dura y muy grande, pero quedó doblada. Cuando vino el técnico a ver qué se podía hacer con ella, impresionado, nos explicó la de kilos que aquél nervio que la rodeaba podía soportar.
Si no me hubiera dejado llevar por la curiosidad y el querer ver imagenes antiguas, hoy no estaría aquí contándolo. El golpe fue exactamente en el lugar en el que yo me ponía a preparar la comida así que, si hubiera estado allí, me habrían partido por la mitad.
¿Por qué pasó aquello? Pues por goteras tipo inundación... la vecina de arriba había modificado su piso, no se lo habían hecho muy bien y hacía meses que decía estar buscando dónde estaba el escape de agua para arreglarlo.
Como podeis suponer, fuimos a verla enseguida, vamos, en cuanto pudímos mover los pies...
Hala, que la alegría sea el mayor de los regalos en la casa de todos vosotros...
Queralt.
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